Es la 1:45 de la mañana. Acabo de llegar del cine y no podía acostarme sin sacarme esto de adentro. Por favor, no sigas leyendo si aún no has visto la película.
La Última Cruzada debió ser la última de verdad. Lucas y Spielberg (me creo que la mayor culpa la tiene Lucas) han parido una vergonzosa continuación de la saga; a años-luz de aquellas maravillosas películas de aventuras de los años 80, donde la historia, el mcguffin y los personajes sí importaban. ¿Historia? Después de un confuso conjunto de escenas (no creo que guión sea la palabra más adecuada), llegas a darte cuenta de que realmente te importan tres pimientos las malditas calaveras de cristal, que nunca llegas a saber realmente qué eran. ¿Pasaba eso con el Arca de la Alianza o con el Santo Grial? ¿A que no? Es que me estoy imaginando a George Lucas pensando: "Genial, voy a hacer una peli que tenga hormigas asesinas, un joven haciendo de Tarzán, ovnis, extraterrestres, indígenas, tres caídas por tres cataratas, monos, explosiones nucleares... ¿Qué coño importa la historia? Meto a Indiana Jones por medio y ya está." Y pensar que rechazó guiones de M.Night Shyamalan y Frank Darabont. Lo que daría por poder echarles un vistazo. Muy entretenida, sí, pero ésto no es Indiana Jones. Esto es una secuela de la momia con Indiana Jones.
Salvan un poco la papeleta la fantástica (como siempre) dirección de Spielberg, el carisma de Harrison Ford y Shia LaBeouf, Cate Blanchett y la música del maestro John Williams. El resto, caca. Me siento terriblemente estafado cuando recuerdo a esta gente decir que se había intentado hacer casi todo con efectos tradicionales, nada de CGI... Por los cojones, que cantaba todo todísimo a ordenador. Dios Bendito, ese alien del final. Ni los de Expediente X, vamos. Por no hablar de la fotografía de Kaminsky, que decían que iba a intentar parecerse a la de Slocombe.
Señores, a George Lucas se le ha ido la mano por completo. Algo le pasó a este hombre durante los 90: ¿experimentó con fármacos o algo por el estilo? Porque parece empeñado en cagarse en todas las sagas que brillantemente creó en sus buenos tiempos ya tan lejanos. Primero fue Star Wars y ahora le ha tocado al bueno de Indy.
En definitiva, me voy a la cama triste. Muy triste.
A partir de ahora, a trasnochar como bestias. Ojalá pudiésemos estar ahí como Jack, pero no puede ser. Esta final no hay que perdérsela por nada del mundo.
