jueves, 7 de agosto de 2008

Wall·E

Cuántos meses esperando a que se estrenara una de mis pelis anheladas de este año, y por fin la vimos anoche, el día de su estreno. Wall·E no me ha decepcionado para nada, todo lo contrario. Todas las expectativas con las que iba se vieron cumplidas en una de esas veces que sales del cine con la sensación de: 1) haber rentabilizado con creces el precio de la entrada; 2) haber visto una excelente película y 3) una sonrisa de tonto que aún hoy por la mañana cuesta que desaparezca.

Uno de mis miedos al verla en cine era: primero que la sesión no era numerada por ser miércoles y segundo la posible presencia de niños con sus padres incapaces de hacerlos callar. Ni eso, no había demasiada gente y pillamos sitios cojonudos y centrados. Por otro lado, nunca había visto una sala con niños tan silenciosa viendo una película que casi no tiene diálogos. Estaban todos tan fascinados como yo (o más).


Antes de Wall·E, habría que hablar de Presto, el corto de rigor que nos ofrece Pixar con la calidad de costumbre. En esta ocasión, nos cuenta las perrerías que le hace un conejo a su amo, un mago, porque éste no le da de comer una sencilla zanahoria. Una muestra más de la genialidad de Pixar, Presto condensa una cantidad de humor bestial para lo poco que dura, homenajeando a los cartoons de antaño. Obviamente recomiendo verlo primero en el cine, pero si ya lo habéis visto y queréis recordarlo, aquí os lo dejo.



En cuanto a la peli, como ya sabréis, puede diferenciarse fácilmente en dos partes: una primera media hora prácticamente muda, que narra la vida de Wall·E en la (asolada) Tierra y su encuentro con Eva. Ésta es una parte totalmente deliciosa. Sin ningún diálogo, los chicos de Pixar nos regalan un ramo de sentimientos bestial, recurriendo a la música, los sonidos (Oscar fijo) y los ojos de los robots protagonistas. Una maravilla, la parte considerada más "adulta" de la peli es lo mejorcito visto en este año. La segunda transcurre a bordo de la nave Axiom, nave donde los humanos esperan a que su planeta sea de nuevo habitable para regresar. Mientras tanto, básicamente hacen el vago y engordan hasta el punto de olvidarse de caminar. Es una parte más aventurera, con más acción y donde los enanos se lo pasaran pipa. No llega a la altura de la primera media hora, pero no por eso deja de ser magistral. En particular me pareció tremendamente bella la escena en la que Eva descubre como Wall·E cuidó de ella mientras estuvo apagada. Lo único que me chirría un poco de la peli es que para el presidente de Buy N' Large, la megacompañía fabricante de Wall·E y que prácticamente dominaba el mundo en la época en la los humanos tuvieron que irse al espacio, sea Fred Willard, un actor de carne y hueso, y después el resto de los humanos sean en 3D, como toda la peli. No sé muy bien que buscaban en Pixar con ésto, pero vamos, que se queda en mera anécdota.

Lo mejor: Todo.
Lo peor: Nada. Y me quedo tan pancho.


Wall·E (9/10)

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